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10.06.2023

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MI HISTORIACÓMO EL HECHO DE TENER HIJOS ME AYUDÓ A ADELGAZAR Y A CONVERTIRME EN UNA MUJER FELIZ Y SEGURA DE SÍ MISMA

Sabía que tenía un aspecto terrible, pero no podía resistir las ansias de comer

Después de dar a luz a los 24 años, mi cuerpo se recuperó por sí solo. Mi peso anterior al embarazo volvió sin problemas. Mis muslos se ensancharon y redondearon y estaba en perfecta forma. Lo mismo ocurrió tras mi segundo embarazo, dos años después. Pero no se produjo el mismo milagro después de mi tercer embarazo, a los 32 años.

Comía irresponsablemente como siempre con la esperanza de que mi peso desapareciera por sí solo como las otras dos veces. Eso no me sirvió de nada. Mi hijo menor tenía 6 meses y mi exceso de peso seguía aumentando (la gente incluso pensaba que estaba embarazada de un cuarto). Mi hijo menor siempre estaba inquieto, apenas me daba un respiro y quería que lo tuviera en brazos todo el tiempo. Siempre estaba ocupada con los niños y con mi marido en el trabajo y estresada. Así que eso me empujaba a comer alimentos dulces, empanados y salados repetidamente, como en un ciclo. Era un cerdo. Mis más mínimos movimientos me hacían sudar y mi corazón latía descontroladamente.

Pesaba 105 kg cuando sorprendí a mi esposo mirando a las chicas que pasaban a su lado. Ni siquiera podía culparle en ese momento, qué podía esperar de él cuando incluso yo misma odiaba mirarme. Evitaba mirarme al pasar por el espejo, por no hablar de cómo evitaba desnudarme delante de él... Me escondía en la habitación de los niños y dormía en la cama de nuestro hijo menor con caramelos.

Lo único que me motivó a acudir a un especialista fue que mi hijo apenas podía caminar a los 14 meses... una pesadilla para las madres. Agacharme para ayudar a mi hijo a aprender a caminar era una tortura. La región lumbar me chasqueaba y repiqueteaba y sentía como si se quemara el metal por dentro. El sudor resbalaba por mi cara y caía sobre mi hijo.

No podía seguir viviendo así, así que le pedí a mi marido que se tomara un tiempo libre en el trabajo y cuidara de los niños mientras yo iba a un nutricionista. No hay mucho que decir sobre mi primera experiencia en la nutricionista, me pusieron una dieta de proteínas que solo pude mantener durante 3 días. Estaba tan agotada y hambrienta que acababa perdiendo los estribos por cualquier cosa.

Incluso descargué mi ira sobre mi hijo por primera vez. Mi marido no pudo resistir el impulso y me compró un pastel. Me proporcionó un alivio efímero, pero el problema principal continuó.

Fui a un dietista que me hizo probar la dieta keto. La idea principal de una dieta keto es que el cuerpo debe entrar en una fase de quema de grasa mientras come solo alimentos grasos y proteicos sin apenas carbohidratos. Resulta que eso es exactamente lo que me gusta comer, así que no fue demasiado difícil. Todo iba bien hasta el 5º día, cuando algo que la dietista llamó la "keto-gripe" me detuvo. Los síntomas incluían fatiga, náuseas, niebla en el cerebro y dolores de cabeza que ni siquiera los analgésicos más fuertes podían aliviar. Y ya era bastante difícil intentar descansar con 3 niños.

Mi dietista me recomendó el aditivo Keto Bullet para acelerar y facilitar mi dieta keto. Una bebida parecida al café de la que me enamoré. Una taza de Keto Bullet me dio tanta energía como el café normal todas las mañanas.

No puedo decir que haya perdido 28 kilos inmediatamente, pero empecé a sentirme mucho mejor al cabo de un par de días. En cuanto empecé a tomar este aditivo noté un cambio en mi apetito. El frasco con galletas se quedó sin tocar por primera vez. Apenas abrí la nevera por las tardes y dejé de comer por la noche. Dormía más profundamente y me despertaba con más energía.

Mi vientre se hacía más pequeño cada día. Para mi sorpresa, tenía que ponerme el cinto cada vez más apretado para que no me quedara suelto. Pasaron 2 semanas y ya no me ajustaban los vaqueros. Me ponía contenta cada vez que me miraba en el espejo y tenía un humor estupendo. Mi marido coqueteaba conmigo cada vez que podía y yo ya no me contenía.

Un mes después, había perdido 17 kg. No hice nada para merecerlo. De verdad. Solo tomé Keto Bullet y comí como siempre. A veces incluso comía bollería y comida basura, por lo que es difícil decir que estaba realmente en una dieta keto. Pero el tamaño de las raciones que quería bajó mucho. Me sentía tan ligera y libre e incluso mejor que como me sentí después de dar a luz a mi primer hijo, todo ello sin necesidad de sentir hambre todo el tiempo. Las tareas domésticas y el cuidado de los niños se hicieron más fáciles. Era como si hubiera empezado una nueva vida.

Empecé a moverme más y enseñé a mi hijo a caminar. Estoy contenta. Ya no me miran raro las otras madres en el parque infantil.

Todo el proceso de pérdida de peso duró solo 2 meses. El dietista dijo que Keto Bullet funciona así. Sin este aditivo habría tenido que esperar 4-5 meses para conseguir los mismos resultados. Lo único que lamento es haber descubierto esta bebida tan tarde y haber tenido que luchar con mi peso sin ella.

Mi nuevo vestuario me da mucha alegría. Cambiar mi ropa de talla grande por ropa nueva, bonita y a la moda me hizo muy feliz.

Ahora peso 77 kg, lo que es completamente normal para mi altura de 175 cm. Me miro en el espejo y vuelvo a ver una mujer joven y atractiva. Me siento deseada y mis ojos brillan de felicidad. Mi matrimonio está lleno de comprensión, amor y pasión.

Así que, si tienes sobrepeso, ¡no te rindas! ¡Pase lo que pase! Si te tomas en serio la pérdida de peso, prueba Keto Bullet. Me ayudó a mí y seguro que te ayudará a ti.